El 23 de febrero de 1987, la supernova extragaláctica más brillante de la historia fue vista desde la Tierra. Mediante el uso del radiotelescopio Australia Arles Telescope Compact Array en Nueva Gales del Sur, Australia, Supernova 1987A se ha observado con un detalle sin precedentes. Los nuevos datos proporcionan algunas imágenes únicas que analizan las diferentes regiones del remanente de supernova.
"No solo hemos podido analizar la morfología de Supernova 1987A a través de nuestra imagen de alta resolución, sino que también la hemos comparado con los datos de rayos X y ópticos para modelar su historia probable", dijo Bryan Gaensler, Director de CAASTRO (Centro para Astrofísica de todo el cielo) en la Universidad de Sydney.
SN 1987A ha estado en uno de los objetos astronómicos más estudiados, ya que su proximidad "cercana" en la Gran Nube de Magallanes le permite ser un foco para los investigadores de todo el mundo. Los astrónomos dicen que ha proporcionado una gran cantidad de información sobre uno de los eventos más extremos del Universo.
"La obtención de imágenes de objetos astronómicos distantes como este a longitudes de onda inferiores a 1 centímetro exige las condiciones atmosféricas más estables", dijo la autora principal, Giovanna Zanardo, del ICRAR, el Centro Internacional de Investigación de Radioastronomía. "Para este telescopio, esto generalmente solo es posible durante las condiciones más frías del invierno, pero aun así, la humedad y la baja elevación del sitio hacen que las cosas sean muy difíciles".
A diferencia de los telescopios ópticos, un radiotelescopio puede funcionar durante el día y puede mirar a través del gas y el polvo, lo que permite a los astrónomos ver el funcionamiento interno de objetos como restos de supernovas, radiogalaxias y agujeros negros.
“Los restos de supernova son como aceleradores de partículas naturales, la emisión de radio que observamos proviene de electrones en espiral a lo largo de las líneas del campo magnético y emitiendo fotones cada vez que giran. Cuanto mayor sea la resolución de las imágenes, más podremos aprender sobre la estructura de este objeto ", dijo el profesor Lister Staveley-Smith, subdirector de ICRAR y CAASTRO.
Los científicos estudian la evolución de las supernovas en restos de supernovas para obtener una idea de la dinámica de estas explosiones masivas y la interacción de la onda expansiva con el medio circundante.
El equipo sospecha que una fuente compacta o nebulosa de viento de púlsar se encuentra en el centro de la emisión de radio, lo que implica que la explosión de supernova no hizo que la estrella colapsara en un agujero negro. Ahora intentarán observar más profundamente en el núcleo y ver qué hay allí.
Su artículo fue publicado en el Astrophysical Journal.
Fuente: ICRAR