Detectar bengalas en la superficie del sol es fácil. Y, sin embargo, un equipo de astrónomos europeos anuncian tal descubrimiento esta semana.
Este logro fue realizado por un equipo de astrónomos utilizando el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral y el satélite de rayos X XMM-Newton de la ESA.
Los astrónomos observaban a la estrella BO Microscopii, apodada "Speedy Mic" debido a su rápida rotación. La estrella es ligeramente más pequeña que el Sol y se encuentra a unos 10 millones de veces más lejos.
Según el comunicado de prensa, obtener imágenes de la superficie es una locura:
Intentar ver manchas en su superficie es tan difícil como intentar obtener directamente una fotografía de los pasos de Neil Armstrong en la Luna, y poder ver los detalles en ella. Esto es imposible de lograr incluso con los mejores telescopios: para obtener una imagen con tal cantidad de detalles, ¡necesitaría un telescopio con un espejo de 400 km de ancho!
Entonces, ¿cómo lo hicieron? Utilizaron una técnica llamada "imagen Doppler", que mide ligeros cambios en la luz de la estrella a medida que gira. Estos cambios se pueden mapear en puntos y destellos en la superficie de la estrella a medida que gira.
En el transcurso de 142 observaciones separadas, el equipo identificó varias erupciones. Una llamarada duró 4 horas y habría generado aproximadamente cien veces más energía que las llamaradas que vemos en el Sol.
Dado que BO Microscopii es mucho más joven que el Sol, solo tiene 30 millones de años, nos puede dar pistas valiosas sobre la historia temprana de nuestra estrella. Quizás el Sol primitivo estuvo así de activo y luego se estableció en la vida posterior.
Fuente original: Comunicado de prensa de ESO