Muévete, Gravedad: los campos magnéticos del agujero negro pueden tener un poderoso tirón

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A menudo se repite que los agujeros negros son pozos de gravedad poderosos, porque representan una concentración densa de materia en un solo lugar. ¿Pero qué hay de sus campos magnéticos? Un nuevo estudio sugiere que esta fuerza podría ser al menos tan fuerte como la gravedad en los agujeros negros supermasivos, las singularidades que acechan en el centro de muchas galaxias.

Las simulaciones de campos magnéticos de gas que caen en estas bestias sugieren que esta acción, si el gas transporta un campo magnético, hace que el campo sea más fuerte hasta que sea igual a la gravedad.

Los campos magnéticos pueden afectar propiedades tales como la apariencia de los agujeros negros luminosos (en radio) y cuán poderosos son los chorros que emanan de la singularidad. Los científicos especulan que cuando ves chorros brillantes de un agujero negro, esto podría implicar un campo magnético fuerte.

"Sorprendentemente, la intensidad del campo magnético alrededor de estos objetos exóticos es comparable al campo magnético producido en algo más familiar: una máquina de resonancia magnética (MRI) que puedes encontrar en tu hospital local", declaró el Instituto Max Planck de Radioastronomía.

"Tanto los agujeros negros supermasivos como las máquinas de resonancia magnética producen campos magnéticos que son aproximadamente 10,000 veces más fuertes que el campo magnético de la superficie de la Tierra, que es lo que guía una brújula ordinaria".

Nueva información sobre la intensidad de los campos magnéticos se basó en un trabajo reciente con Very Long Baseline Array, un grupo de radiotelescopios en red en los Estados Unidos. Específicamente, la información provino de un programa llamado MOJAVE (Monitoreo de jets en núcleos galácticos activos con experimentos VLBA) que analiza chorros alrededor de varios cientos de agujeros negros supermasivos.

Los investigadores enfatizaron que se necesitará más investigación observacional para complementar las simulaciones. El trabajo será publicado hoy en Nature. Liderando la investigación estuvo Mohammad Zamaninasab, un ex investigador de Max Planck.

Fuente: Instituto Max Planck de Radioastronomía

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